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Derivado de una serie de investigaciones, elementos de la Guardia Nacional en Tlaxcala, lograron desarticular una red de trata de personas con fines de explotación sexual, se realizaron operativos simultáneos en nueve inmuebles, donde fueron cumplimentadas siete órdenes de aprehensión contra dos hombres y cinco mujeres.
Esta red estaba creada por ocho miembros de una familia, desde la abuela hasta las nietas, operaban en Tijuana, Tabasco, San Luis Potosí; Morelos y Puebla.
El modo de operar consistía en enganchar a las víctimas a través del enamoramiento, para posteriormente obligarlas a prostituirse en diferentes estados de la República y cubrir una cuota diaria.
Se logró el rescate de siete mujeres de nacionalidad hondureña.
