El COVID-19 ha comenzado a ser visto como una ventana de oportunidad para los grupos de la delincuencia organizada, para poder explorar nuevas ruta para el trasiego de droga y armas, esto debido a que los ejércitos y autoridades están concentrados en contener la pandemia.
De acuerdo con el estudio “Crimen y contagio; el impacto de una pandemia sobre el crimen organizado” realizado por la Iniciativa Mundial contra el Crimen Organizado Transnacional, señala que los grupos criminales buscan infiltrarse en los sistemas de salud o intensificar sus acciones delictivas desde su interior, mientras que en el rubro del delito cibernético aumentarán sustancialmente sus ganancias.
El estudio realizado en colaboración con 500 expertos mundiales y regionales independientes que trabajan en las regiones donde el crimen tiene presencia, aseguran que con esto se buscan recuperar las ganancias, en el caso de México por la baja producción de metanfetamina y fentalino a consecuencia de la baja en las importaciones de precursores químicos de China.
