Los ciberdelincuentes aprovechan cualquier oportunidad para hacer de las suyas, y es que como cada año Santa se toma unos minutos para grabar un pequeño video o hacer una llamada a miles de pequeños que esperan su llegada, esto con el propósito de corroborar que todo esté bien y sobre todo que sean buenos niños.
Pero esta buena acción ha sido vista como una ventana de oportunidad por los delincuentes, ya que han comenzado a suplantar su identidad para obtener datos y realizar extorsiones, su modus operandi consiste en realizar ediciones con el rostro de los pequeños para generar contenido inapropiado, para evitar esto exigen hasta 10 mil pesos a los padres.
La Policía Cibernética de la Ciudad de México ya trabaja para atrapar a estos impostores, pero mientras esto sucede, pidió a los padres de familia ser muy cautelosos con la información que comparten, verificar la dirección y certificar que los datos enviados realmente lleguen a Santa.