Dmitri Peskov, portavoz del Gobierno de Rusia, advirtió que su país observa que las naciones de Occidente se involucran de manera directa en el conflicto en Ucrania y que su participación va en aumento.

Esto, tras la decisión de Alemania, Estados Unidos y Reino Unido de enviar decenas de tanques al territorio invadido.

Y es que después de semanas de negociaciones, el gobierno alemán anunció el envío de un primer lote de 14 tanques Leopard 2 a Ucrania y autorizó que otros países que poseen los blindados puedan reexportarlos. Estados Unidos, por su parte, suministrará 31 tanques M1 Abrams, que se sumarán a los 16 blindados Challenger prometidos por Reino Unido.

Joe Biden, presidente de Estados Unidos, aclaró que la medida “no es una amenaza ofensiva contra Rusia”, sino de la “libertad de Ucrania” y de que ese país mantenga su integridad territorial.

Sin embargo, Nikolái Pátrushev, secretario del Consejo de Seguridad de Rusia, afirmó que Estados Unidos y la Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN) participan en el conflicto y pretenden prolongarlo.

Tras el anuncio, las fuerzas rusas lanzaron un nuevo ataque con misiles a gran escala en Ucrania, que provocó la activación de las sirenas antiaéreas y explosiones en varias regiones, entre estas Kiev.

Drones kamikaze de fabricación iraní fueron lanzados desde la costa este del Mar de Azov, la mayoría de los cuales fueron destruidos por el Ejército ucraniano.

En respuesta al ataque, el Gobierno de Estados Unidos advirtió que las tácticas rusas no disminuirán la determinación de Ucrania de resistir y que seguirá apoyando al presidente Volodímir Zelensky el tiempo que sea necesario.