Los primeros seis meses de vida, las y los bebés deben ser alimentados de forma exclusiva con leche materna, y después, de manera complementaria hasta por lo menos los dos años, con otros alimentos nutritivos y variados; “es la manera más saludable y responsable con el medio ambiente de empezar a alimentarlos”, informó la directora de Investigación en Políticas y Programas del Instituto Nacional de Salud Pública, Anabelle Bonvecchio.
Advirtió sobre desafíos como los determinantes comerciales y las prácticas agresivas de mercadotecnia de la industria de sucedáneos de leche materna, incluyendo la publicidad y el marketing digital, y la falta de un sistema de control que permita sanciones efectivas y significativas.
Mencionó que también es necesario trabajar más para sensibilizar a la población sobre los múltiples beneficios de la leche materna para niñas, niños y mujeres, ya que existe desconocimiento sobre la materia; eliminar falsas creencias como el que los bebés se quedan con sed y hambre si sólo se les alimenta con leche materna, y romper con la norma social que privilegia el uso de la fórmula láctea antes de los seis meses.