Sepultar a aquellos que han fallecido a consecuencia del COVID-19, se ha convertido en un viacrucis para sus familias, ya que muchos crematorios se encuentran saturados por lo cual tienen que esperar durante varias horas.
Uno de estos lugares es el panteón civil de Iztapalapa, donde las carrosas tienen que hacer fila para poder dejar los cuerpos, no se les permite velarlos y solamente puede ingresar una persona para constatar que a quien se va a cremar es su familiar.
“El problema es que todos los panteones están saturadísimos y tenemos que esperar horas, en promedio el tiempo de cremación es de 4 horas, pero vas en fila”
Mientras que a aquellos que tienen que enterrar a algún familiar que murió por alguna otra causa, tienen que determinar quienes pasan a los servicios fúnebres, ya que se permite la entrada a un máximo de 15 personas.
