A pesar de que el descanso y la desconexión son clave para mejorar el bienestar, la productividad y el equilibrio personal y laboral, lo cual también se traduce en beneficios directos para las empresas”, en nuestro país, si bien los trabajadores toman vacaciones, una gran mayoría no logra desconectarse por completo del trabajo: el 84% continúa respondiendo mensajes laborales por WhatsApp o vía telefónica, el 45% revisa su correo electrónico y el 29% incluso responde correos durante su periodo de descanso.
Lo anterior se desprende de la encuesta “Work in Progress 2024”, realizada por la plataforma de recursos humanos Buk, en donde destaca que esta dinámica impacta directamente en el bienestar de los colaboradores, derivando en mayores niveles de agotamiento y estrés.
El estudio arrojó que las vacaciones más comunes se toman en marzo y enero, y períodos más largos reducen el estrés y aumentan la felicidad. “Quienes toman 5 días o menos de vacaciones reportan 63% de estrés laboral frecuente. En cambio, quienes disfrutan 16 días o más reducen ese porcentaje al 29%. La felicidad en el trabajo aumenta 29 puntos, esto es del 57% al 86%, en colaboradores con vacaciones prolongadas”.
Lo anterior pese a la reforma laboral de 2023 que elevó de 6 a 12 días el mínimo de vacaciones al que tienen derecho, destacó.
Agrega que la generación X y Millennials toman en promedio 4.1 días de vacaciones al año mientras que Baby Boomers y Centennials registran 3.9 días al año.
La encuesta consideró que la dificultad para desconectarse del trabajo está estrechamente ligada a una cultura laboral que normaliza la disponibilidad constante, una práctica todavía arraigada en muchas organizaciones mexicanas.
Asimismo destacó que estos hallazgos reflejan la necesidad de que las empresas promuevan una cultura organizacional que fomente el descanso y la desconexión para mejorar el bienestar y rendimiento laboral.
Por ello la plataforma de recursos humanos, consideró que se deben tomar las siguientes medidas de manera urgente: Calendarizar vacaciones de manera anticipada; establecer políticas claras para solicitarlas sin temor; y fomentar una cultura donde el descanso sea prioridad, no un lujo.