“El Covid llegó a mi vida como un intruso”, la historia de Alejandra

Foto: @marsan.ale

Muchas son las historias que ha escrito el Covid-19 desde su aparición; sufrimiento, lágrimas y ausencias acompañan a las cifras de personas que fallecieron, se contagiaron o lograron recuperarse.

Alejandra Sánchez Martínez, es una joven de 26 años, vive en Guadalajara, Jalisco, y en diciembre de 2020 comenzó con dolor de cabeza y garganta, molestias en el cuerpo y diarrea. La gran dificultad para respirar la llevó en enero pasado al hospital, donde permaneció por dos meses. Derivado de una trombosis pulmonar fue necesario intubarla y mantenerla en coma inducido.

Si algo se sabe que ataca el SARS-CoV-2 es el sistema vascular. Los doctores le detectaron un coágulo en su pierna derecha. Alejandra debía ser intervenida, por lo que su madre y hermano tomaron una decisión de vida o muerte.

Sobre el resultado de la operación, Alejandra se enteraría un par de días después de despertar…

“Llegó mi doctor, el encargado de mi caso, y me dice, Ale tenemos algo muy importante que decirte, estuviste muy, muy grave, y pues para poder salvar tu vida tuvimos que amputar tu pierna derecha y pues al momento en que me dice eso, yo lo primero que hice fue llorar”.

La joven comunicóloga, abandonó el hospital hace dos meses, y hoy asegura que el Covid le quitó una pierna pero no las ganas de vivir, luchar y seguir adelante.

“El Covid llegó a mi vida como un intruso, que llegó a interrumpir mi vida, mi encierro de casi un año, no me quitó mas que una pierna, pero yo sigo con vida, y hay tantas personas que no lo han logrado, yo estoy muy agradecida de poder seguir aquí y salir adelante”.

Ale, como le dicen sus amigos, ha debido aprender a valerse nuevamente por si misma, cosas tan habituales como el bañarse, trasladarse de un sitio a otro o regresar al trabajo le ha llevado un tiempo.

Hoy en sus redes sociales Ale envía mensajes de aliento para las personas que enfrentan al Covid-19, a los familiares que luchan por mantenerse fuertes, y a quienes este virus les ha roto las esperanzas.

“Decirle a esa gente que todavía está en los hospitales y a sus familiares, que sigan sigan adelante, que sí se puede, y que oren mucho, y pues les mando un abrazo muy grandote”

Alejandra. No cuenta con los recursos suficientes para comprar una prótesis que cuesta entre 110 y 120 mil pesos, por lo que también a través de sus redes sociales pide apoyo para esta meta, si tú estas interesado en conocer su historia y apoyarla puedes visitar marsan.ale en Instagram y Tik Tok.