Manual de Carroña marca el fin de una era: Alejandro González Castillo

Foto: Irving Caballero

El periodismo musical va mucho más allá de escenarios, discos y presentaciones, es por esto que el periodista Alejandro González Castillo, decidió trasladar todas las vivencias a lo largo de sus 15 años a un trabajo literario, desarrollado en forma de crónica, y que lleva por nombre, Manual de Carroña.

El libro reúne un buen número de textos vivenciales, que narran y conducen al lector dentro de sus andadas como periodista musical -con amplios conocimientos de la cultura Popular en general- de forma puntual, así como su día a día, donde desfilan un sinnúmero de personajes, que van desde el consagrado autor José Agustín, pasando por un inenarrable ladrón y un mesero que, pasa a convertirse en una figura central y entrañable.

Del mismo modo, González Castillo señaló que, dentro del compilado autobiográfico, tuvo oportunidad de mostrar que se asume más como una especie de anti-héroe que vive todo tipo de altibajos.

“Buscaba hacer un texto donde fuera posible encontrarse con un autor listo para asumirse vulnerable, para aceptar que se equivoca. Regularmente las historias que más se ovacionan son aquellas que hablan de héroes que salieron adelante frente a las adversidades, pero quizá esto no suceda de manera contundente en Manual de Carroña. Porque ahí se vale perder. Esto hará que algunos piensen que lo mío es ficción, sin embargo, no es así”.

Por último, Alejandro González Castillo, comentó que si bien el libro destapa momentos que son atemporales y muy específicos (musicalizados por la Banda Bostik; The Beatles, Belafonte Senacional, José José, los Beach Boys, entre otros), la lectura puede llegar a ser un punto de encuentro para cualquier persona, sin importar su edad o estilo de vida.

“El caos es el presente eterno. La crisis, nuestra realidad perpetua. Manual de carroña es un retrato ampuloso, directo, punk, de éste, nuestro mísero ahora. Puede que, Manual de Carroña, marque el fin de una era; me refiero a la era que gozamos los que creíamos que el Rock podía salvar al mundo de lo que fuera”.