Dado que el 50 por ciento de las personas que están recluidas es por delitos de baja peligrosidad, hoy los centros penitenciarios en la región se han convertido en campos de concentración debido a la sobrepoblación que en América Latina alcanza el 380 por ciento, ya que no se ejecuta la acción penal. Ante este escenario, existe el riesgo de que las cárceles se conviertan en lugares de alto contagio de Covid-19.
En el Foro virtual “Personas Privadas de Libertad y Covid-19”, Eugenio Raúl Zaffaroni, juez de la Corte Interamericana de Derechos Humanos (CIDH), destacó que existe un riesgo latente de contagio masivo en las cárceles de los países de América Latina, derivado del confinamiento y sobrepoblación de las cárceles, debido a la figura de prisión preventiva y la falta de acción penal.
“Todos hemos advertido el riesgo de que un estallido de infección dentro de una institución total sobre poblada se difunda dentro de la institución a una velocidad que es de 8 a 10 veces superior a la de la vida libre”. Por ello, Raúl Zaffaroni detacó que “las instituciones totales súper pobladas se convierten en bombas de tiempo vidosicas, que al difundirse, al infeccionar con mayor rapidez que en la sociedad libre, contribuye sin lugar a dudas al riesgo de que todos tenemos a que se nos colapsen los sistemas de salud; en consecuencia esto se refleje es un riesgo de vida a la totalidad de la población que en algún momento nos podría faltar una cama para la atención de cualquiera de nosotros que contraiga la infección”.
En este ejercicio, participaron especialistas representantes de diversos países para hacer conciencia de la importancia de modificar las leyes para reducir el número de internos en las cárceles, y además adoptar estrategias para hacer frente a la pandemia, como la liberación de los presos que no sean peligrosos, con acceso a servicios de salud y apoyos para sobrevivir fuera de la prisión.