La resurrección del pulso por el título estuvo en las manos del Bayer Leverkusen de Xabi Alonso, que acabó el partido arrodillado en la zona técnica llevándose las manos a la cara, incrédulo ante las ocasiones perdonadas por su equipo, incapaz de tumbar a un Bayern Múnich rácano, salvado por los palos y Manuel Neuer, que ni siquiera chutó a portería rival.
Era una final para el Leverkusen y un partido que superar, una fecha que tachar del calendario, para el Bayern en su camino al título. Los ocho puntos de ventaja adquiridos en la última jornada, cuando las rotaciones de Xabi Alonso no le sentaron bien a su equipo y la brecha se abrió con su empate ante el Wolfsburgo, dejaban al vigente campeón obligado a responder en la necesidad.
Una sensación bien distinta que permitió especular en exceso al Bayern. Superado en todas las facetas del juego pero salvador de un punto que le acerca un paso más al éxito. Ocho puntos de colchón con 36 por disputarse. Pocos se olvidarán de la sensación de inferioridad en el Bay Arena, quizás acusando el mayor desgaste en la ‘Champions’ y la tensión para vencer en unos ‘play off’ de acceso a octavos que evitó el Leverkusen.
Estrechar la pugna por el título estuvo en la mano del vigente campeón. En los pies de Wirtz. Primero rondó el gol entre amagos y un disparo colocado. Y en el añadido, la acción que dejó la imagen arrodillado de Xabi, nació de un centro de Grimaldo rematado de zurda por Adli, respondido con puños firmes por Neuer, y cuando Wirtz lo tenía todo para marcar, de diestra disparó fuera. En ese momento que tantas alegrías dio en el pasado al Leverkusen, vio como las opciones por la Budensliga se escapaban con su segundo partido consecutivo sin marcar.
(Con información de EFE)