El Gobierno de Ucrania confirmó el envío de una delegación diplomática a la ciudad bielorrusa de Gómel, en la frontera ucraniana, para negociar un posible cese de las hostilidades con Rusia.   

El negociador ruso, Vladímir Medinski, informó que se dirigen de Minsk a Gómel, donde se va a garantizar la máxima seguridad para la parte ucraniana.   

Al respecto, se adelantó que Alexander Lukashenko, presidente de Bielorrusia, asumirá la responsabilidad de garantizar que todos los aviones, helicópteros y misiles estacionados en territorio bielorruso permanezcan en tierra durante el viaje, las conversaciones y el regreso de la delegación ucraniana a Kiev.   

Pese a las buenas noticias, el presidente de Rusia, Vladimir Putin, ordenó poner a las fuerzas de disuasión rusas en “régimen especial de servicio” tras lo que calificó “declaraciones agresivas” de los principales países de la Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN).   

Subrayó que Occidente da pasos inamistosos contra Rusia desde el punto de vista económico, en relación con las sanciones impuestas tras invadir Ucrania.   

Las fuerzas de disuasión estratégica de Rusia la componen las fuerzas nucleares, incluidos los misiles intercontinentales, así como fuerzas no nucleares, la defensa antimisiles, el sistema de alerta temprana y la defensa antiaérea.   

De acuerdo con la Agencia de la ONU para los Refugiados (ACNUR), al menos 368 mil ucranianos han abandonado su país, de los cuales, unos 150 mil han huido a la vecina Polonia y otros 43 mil han buscado refugio en Rumania.  

También se han registrado movimientos hacia Moldavia, Eslovaquia e incluso Rusia.