Con el lema “Familia y Paz: vocación y camino del Evangelio”, la Conferencia del Episcopado Mexicano (CEM) celebró su CXVIII Asamblea Plenaria, en la que los obispos del país abordaron los desafíos más urgentes que enfrenta la Iglesia en México, poniendo especial énfasis en el papel de la familia como base para la reconciliación y la construcción de paz.
El presidente de la CEM y obispo de Cuernavaca, Ramón Castro Castro, señaló que los obispos se han puesto “a la escucha del Espíritu Santo para discernir cuáles son los desafíos que enfrenta la Iglesia en México con más urgencia, sobre todo respecto a la familia, la reconciliación y la paz”.
Durante la Asamblea, se compartieron reflexiones y experiencias tanto de pastores como de laicos. El obispo auxiliar de México y secretario general de la CEM, Héctor Mario Pérez Villarreal, destacó la necesidad de una iglesia incluyente: “Seamos una Iglesia donde todas las voces cuenten, especialmente las de las familias, las mujeres, los jóvenes, los pueblos originarios, los migrantes, las víctimas de la violencia y de cualquier discriminación”.
Enrique Sánchez, obispo de Mexicali, compartió que durante la reunión se escucharon testimonios de matrimonios, jóvenes y personas consagradas, lo que dio pie al compromiso de promover “acciones concretas para el acompañamiento, la ayuda y la formación en favor de las familias, la reconciliación y la paz”.
Por su parte, Mario Medina Balam, obispo auxiliar de Yucatán, subrayó el valor formativo del hogar: “La familia es una escuela donde se aprende a escuchar, a confiar y a perdonar”.
En un país marcado por la violencia, la exclusión y el dolor, este fue el mensaje final del obispo de Cuernavaca: “México sigue siendo un país profundamente lastimado, pero no podemos acostumbrarnos a este dolor… La paz para los que vivimos en México sí es posible”.