La represión ejercida por el gobierno de Nicaragua sobre organizaciones y personalidades de la sociedad civil, entre ellas varias vinculadas a la Iglesia católica, es una situación que preocupa a la Organización de las Naciones Unidas.
En las últimas semanas, la policía de dicho país ha emprendido operaciones sobre líderes religiosos, la más reciente en la Diócesis de Matagalpa, lo que se ha traducido en la detención del obispo Rolando Álvarez.
El secretario general del organismo, António Guterres, expresó que los recientes hechos no hacen más que “subrayar” las “preocupaciones” que ya tiene la ONU sobre el empeoramiento de los Derechos Humanos en el país centroamericano.
Lanzó un llamado a respetar los derechos de “todos los ciudadanos”, con especial vigilancia en el de reunión y en las libertades de asociación y credo, entre otras.
Además, reclamó la excarcelación de todas las personas detenidas “arbitrariamente” en estos últimos meses.
